domingo, 7 de junio de 2009

CONSTRUCCIÓN DE LAS NOCIONES MATEMÁTICAS EN NIÑOS DE EDUCACIÓN PRIMARIA

Autor: Luis Peres
Colaboración: Justo Morales Gil Silvana Soto Goméz

Enseñar y aprender matemáticas pone al que enseña como al que aprende en una situación en muchos de los casos muy difícil. Para el docente significa tener la capacidad de conjugar adecuadamente sus conocimientos de esta área con las estrategias metodológicas que debe usar para que dicho conocimiento llegue de manera adecuada hacia los alumnos. Para los niños significa la adquisición de un nuevo lenguaje o forma de representar el mundo que lo rodea (Cpr.Godino:2000:12)

Las diferentes estrategias metodológicas que usa el docente en la enseñanza de las matemáticas, en su mayoría está orientada a despertar el interés de los niños por esta ciencia, otras para reforzar lo que el niño ya aprendió y otro grupo para desarrollar nociones sobre un determinado tema o contenido matemático; es decir ¿cómo construir las nociones lógicas matemáticas en los niños de los diferentes niveles de educación primaria?, es una de las interrogantes que constantemente nos hacemos los que estamos inmersos en esta tarea. Responder esta pregunta implica analizar las diferentes formas que tiene el estudiante para aprender. ¡No todos aprenden del mismo modo!

La teoría de las inteligencias múltiples desarrollada por Gardner (http://inteligenciasmultiples.idoneos.com/1995:78.2007) y el aporte que a partir de esto hace Daniel Goleman (1995:12), sicólogo y profesor, dan cuenta que las personas podemos ser inteligentes de distintas maneras; si a esto le agregamos la teoría de los hemisferios cerebrales trabajado por el neurólogo Roger Sperry, quien descubrió que ambos lados del cerebro son diferentes y que tienden a dividirse las principales funciones intelectuales, tenemos que aceptar que cuando estamos frente a un grupo de niños, con quienes se quiere “hacer matemáticas”, nos enfrentamos a diversas formas de aprender. Esto implica que las estrategias a usarse deben ser correspondientes a la demanda del grupo con quien se desea trabajar.

Los años que vengo “Haciendo matemática” en diferentes instituciones educativas del nivel primaria, secundaria y superior, los diálogos (entrevistas) sostenidos con muchos colegas que enseñan matemática en los diferentes niveles de la educación básica, las discusiones en jornadas pedagógicas, las investigaciones realizadas en el aula, los materiales innovados y aplicados en la praxis pedagógica, las entrevistas con los niños, los talleres con padres de familia y las oportunidades que he tenido para discutir sobre algunos temas específicos sobre la enseñanza de la matemática, me han permitido recoger diversas inquietudes que tienen los docentes, alumnos y padres de familia sobre la enseñanza de esta ciencia. Los primeros sostienen que enseñar matemáticas es cuestión de usar una buena estrategia y punto, para otros sólo se trata de que los niños aprendan lo básico, aunque esto signifique un cúmulo de fórmulas, reglas y procedimientos de cálculos…, otro grupo considera a la matemática como una disciplina fría, rígida, poco creativa, cerrada, acabada… Por su parte un número significativo de estudiantes y padres de familia, consideran que “para la matemática se nace.” No es ninguna novedad escuchar a los alumnos decir: “¿quién habrá inventado las matemáticas?, “Yo no sirvo para las matemáticas”, “yo, no nací para los números”, entre otras expresiones que no hacen más que evidenciar el divorcio que existe entre el estudio de esta ciencia, con los que queremos que la comprendan.
Al preguntar a un número determinado de docentes sobre, ¿Qué es enseñar matemática para Ud.?, ¿qué estrategias usan para desarrollar las nociones lógicas matemáticas en los niños?, ¿qué consideraciones tienen sobre las formas que presenta cada niño para aprender?, ¿Cuándo enseña matemática tiene en cuenta la libertad que tiene el niño de escoger cómo desea aprender? Se aprecia que si bien es cierto, la postura del docente frente a la enseñanza de las matemáticas ha variado, ésta no es necesariamente la ideal, por que no se toma en cuenta las motivaciones, intereses y diversidades que tienen los niños para aprender, limitándose solamente al uso de metodologías activas pero igualmente rígidas toda vez que las dinámicas, juegos y/o actividades siguen siendo dirigidas por el docente y si alguna vez la dirige el niño, igual las decisiones de hacerlo o no siguen bajo la tutela del profesor. No se pretende hacer que el aprendizaje de las matemática se de cuando el niño lo desee o no, sino se trata de que el niño tenga la posibilidad de “escoger” cómo desea aprenderla, lo que significa respetar sus intereses y modos de aprender.

Los diversos textos escolares, cuadernos de trabajo o libros de consulta que están al alcance de los niños y docentes, por lo general son elaborados pensando en una sola tipología de alumnos, no se toma en cuenta las diferentes formas que tiene el niño para aprender las matemáticas, quitándole la posibilidad de aprender de manera tal que responsa a sus intereses, motivaciones y modos de aprender, restringiendo el aprendizaje de las matemáticas a un solo estilo, a una sola forma, que inclusive muchas de las veces están rígida como las metodología que usa el docente cuando la explica.

Por su parte el Ministerio de Educación al promover el desarrollo de capacidades para el aprendizaje del alumno, plantea la necesidad de reorientar el rol del docente en la enseñanza de las matemáticas, pasando del rol de transmisor del conocimiento, a la de mediador del aprendizaje. (Cpr.MINEDU 2004:7).

La necesidad de reorientar el rol del docente implica que éste debe ser capaz de generar “escenarios” en las que los niños logren un aprendizaje con autonomía; es decir desarrolle la capacidad de “aprender a aprender”. No debemos olvidar que la generación de estos “escenarios” por parte del docente, debe tomar en cuenta los intereses, motivaciones y formas que tienen los niños para aprender.

La generación de diversos “escenarios” implica la necesidad de contar con una variedad de estrategias que en lo posible sea concordante a las diversas formas, inclinaciones, motivaciones e intereses que tienen los niños por aprender las matemáticas. Cualesquiera que sea la ruta que el niño escoja para aprender o desarrollar un determinado contenido matemático, estas deben converger en la abstracción de la misma, por lo que las diferentes estrategias deben articularse con los niveles para la construcción de las nociones matemáticas: Concreto, representativo gráfico y abstracto.